Cuando el eje falla, también el entorno. Igual pasa con su amor propio, cuando usted se quiere a sí mismo y lo más importante que existe en su mundo es el respeto y el cuidado de su propio “ser”, usted establece un compromiso consigo mismo por salir adelante en lo que le gusta y esa mezcla de amor por sí mismo, más la responsabilidad de cumplir con sus tareas para lograr sus objetivos, más el control de sus impulsos para llevar una vida organizada que finalmente le da el fundamento a su existencia, son los cimientos de su edificio. Y cuando hay buenas bases, puede temblar duro, pero su estructura no se cae, porque está bien levantada. Eso es ser una persona auténtica, sincera consigo misma que no se cambia por nadie y que está dispuesta a conseguir todos sus sueños por el mismo compromiso que le da el amor propio.

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