Pensamiento Positivo

Aquello que nos decimos a nosotros mismos afecta radicalmente la calidad de nuestras vidas y nuestra habilidad para hacer cosas efectivamente.

Somos lo que pensamos. Si nuestro discurso interior es negativo pues somos eso: seres pesimistas irradiando energía negativa. Por el contrario, si nuestro discurso interior es positivo somos seres que creamos y emanamos energía positiva.

El pensamiento positivo y el pensamiento negativo son semillas. Siembra ideas y sentimientos positivos en tu mente y recogerás acciones positivas.

La gente de espíritu negativo va llena de comentarios derrotistas, repitiéndolos continuamente. Frases inútiles como estas a continuación :

Mi vida es un desastre.
Nada me sale bien.
Esto siempre me pasa a mi.
Ya lo arruine todo.
Nada va a resultar .
Es inútil esforzarse.

Aun cuando a la gente negativa le esta yendo bien nunca reciben con positivismo aquello bueno de la vida y terminan diciendo:

Esta racha de buena suerte durará poco.
La felicidad no es para siempre.
Me gustaría que todo siempre saliera bien, pero es imposible.

En cambio la gente de pensamiento positivo, con metas de triunfar y salir adelante va por la vida con frases muy diferentes:

Todo va a salir bien .
Nada es imposible.
Tengo fe que todo saldrá a mi favor.
La buena suerte siempre me acompaña.
Hay que tener confianza.
Hay que esforzarse.

Y si algo malo les sucede, la gente positiva no se derrota por el contrario su discurso es de esperanza y entonces se dicen:

No hay mal que por bien no venga.
Siempre hay que buscar el lado bueno de las cosas.
La próxima vez todo va a estar mejor.
Pase lo que pase hay que salir adelante.

Gente negativa ve los hechos malos como a una película, se miran a sí mismos como los perdedores, los derrotados, los últimos, las víctimas mientras que la gente positiva se enfoca se miran como luchadores, emprendedores, dueños de su destino,creadores continuos de su propia película.

Si acaso estas en el grupo de aquellos que todavía no practican el pensamiento positivo, no te apenes, no te deprimas, empieza ahora, trata de explicarte las cosas de una manera diferente, con mayor optimismo, con más amor propio, con esperanza. Mantén conversaciones positivas contigo mismo e inmediatamente veras la diferencia en tu actitud personal, en tus acciones, en tu vida.

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Atraiga la riqueza

Quienquiera que sea --con independencia de su edad, su educación o su ocupación-, puede usted atraer la riqueza. Y también puede ahuyentarla. Nosotros le decimos: «Atraiga -no ahuyente- la riqueza». Este capítulo le indica cómo puede usted ganar dinero. ¿Le gustaría ser rico? Sea sincero consigo mismo. Pues claro que le gustaría. ¿O acaso... teme usted ser rico?

Es posible que esté enfermo y que, por esta causa, no trate de ganar la riqueza. Si se encontrara en este caso, recuerde la experiencia de Milo C. Jones, sobre 01 cual le hemos hablado en el capítulo dos.

O bien, si se encuentra ingresado como paciente en un hospital, puede usted atraer la riqueza, entregándose al estudio, a la reflexión y a la planificación, tal como hizo George Stefek.

EN EL LECHO DE UN HOSPITAL... ¡PIENSE!Mientras estudiábamos las carreras de los hombres de éxito, tuvimos ocasión de descubrir una y otra vez que éstos fechan el inicio de su éxito el día en que empezaron un libro de autosuperación. Nunca subestime el valor de un libro. Los libros son instrumentos que le proporcionarán la inspiración capaz de lanzarle a un nuevo programa audaz y de iluminarle también en los días oscuros que cualquier programa de esta clase lleva aparejados.

George Stefek se encontraba convaleciente en el Hospital de la Administración de Veteranos de Hines, Illinois. Allí descubrió por casualidad el valor del tiempo que se dedica a la reflexión. Desde el punto de vista económico... se encontraba sin un centavo. Durante su convalecencia, George disponía de mucho tiempo. No podía hacer gran cosa como no fuera leer y pensar. Leyó Piense y hágase rico. Y estuvo dispuesto a actuar.

Se le ocurrió una idea. George sabía que muchas lavanderías doblaban las camisas recién planchadas sobre unas tablas de cartón para que quedaran lisas y sin arrugas. Escribiendo algunas cartas, se enteró de que aquellos cartones de camisas les costaban a las lavanderías cuatro dólares el millar. Su idea consistió en vender los cartones a un dólar el millar; no obstante, cada uno de ellos llevaría un anuncio. Como es natural, los anunciantes pagarían el espacio y George obtendría un beneficio.

George tuvo una idea y trató de ponerla en práctica.

¡Al salir del hospital, entró en acción!

Puesto que era un novato en el sector publicitario, tropezó con problemas. Pero, al final, consiguió desarrollar unas afortunadas técnicas de venta mediante lo que otros llaman «método de tanteo» y nosotros denominamos «método del éxito».

George siguió con la costumbre que había adquirido en el hospital y que consistía en pensar, reflexionar y planificar cada día.

A pesar de que su negocio estaba prosperando rápidamente, George decidió incrementar sus ventas, mejorando la eficacia de su servicio. Los cartones de las camisas, cuando se retiraban, no eran conservados por los clientes de las lavanderías.

Ahora se hizo una pregunta: «¿Cómo podría lograr que las familias se quedaran con los cartones de las camisas en los que figuraban los anuncios?» Se le ocurrió la solución.

¿Qué hizo? En uno de los lados del cartón siguió imprimiendo un anuncio en blanco y negro o bien en color.

En la otra cara añadió una novedad: un interesante juego para los niños, una deliciosa receta para el ama de casa o un provocador crucigrama para toda la familia. George nos refiere el caso de un marido que se lamentaba de que su cuenta de la lavandería había subido de forma repentina e inexplicable. En descubrió que su mujer mandaba a la lavandería las camisas que él hubiera podido llevar aún otro día simplemente para poder reunir mayor número de recetas de George!

Pero George no se detuvo aquí. Era ambicioso. Quería ampliar todavía más su negocio. Una vez más, se hizo la pregunta: «¿Cómo?», Y halló la respuesta.

George Stefek entregó todos los dólares que por cada mil cartones recibía de las lavanderías, al Instituto Americano del Lavado. El Instituto a su vez recomendó que cada miembro utilizara para sí mismo y para su gremio exclusivamente los cartones de camisa de George Stefek.

Y, de este modo, George hizo otro importante descubrimiento: cuanto más se da de lo que es bueno y deseable... ¡tanto más se recibe!

Una sesión de reflexión cuidadosamente planificada le reportó a George Stefek mucho dinero, tras haber descubierto que para poder atraer con éxito la riqueza, es esencial dedicar algún tiempo a la reflexión.

Las mejores ideas se nos ocurren cuando nos hallamos en silencio. No cometa el error de creer que, por el

hecho de moverse frenéticamente de un lado para otro, es usted más eficaz y eficiente. No suponga que pierde el tiempo cuando lo dedica a pensar. La reflexión es la base sobre la que el hombre construye todo lo demás.

No es necesario que vaya usted a un hospital para adquirir la costumbre de leer buenos libros de estímulo, para pensar o para forjar planes. Tampoco es necesario que sus sesiones de reflexión, de estudio y de planificación sean demasiado largas. Dedicando sólo un uno por ciento de su tiempo al estudio, a la reflexión y a la planificación, ello influirá en forma sorprendente en la rapidez con la cual usted podrá alcanzar sus objetivos.

Su día consta de 1.440 minutos. Dedique un uno ciento de ese tiempo al estudio, la reflexiónyla planificación. Y se asombrará de lo que estos 14 minutos le reportarán. Porque le sorprenderá descubrir que tras adquirir esta costumbre, se le ocurrirán ideas constructivas casi en cualquier momento o lugar en que pueda encontrarse : mientras lava los platos, mientras lee en el autobús o mientras se baña.

Procure utilizar las dos herramientas de trabajo más grandes y, sin embargo, más sencillas que jamás se hayan inventado -las herramientas que utilizaba un genio como Thomas Edison-, es decir, un lápiz y un papel. Él siempre tenía a mano un lápiz y un papel; y así, tal como hacía él, usted podrá anotar las ideas que se le ocurran de día o de noche.

Otro requisito para atraer la riqueza consiste en aprender a fijarse un objetivo. Es importante que usted lo comprenda. Aunque se percaten de su importancia, pocas son las personas que comprenden realmente cómo fijar un objetivo.

APRENDA A FIJAR SUS OBJETIVOS.Hay cuatro factores importantes a tener en cuenta.


-Anote su objetivo. Entonces sus pensamientos empezarán a «cristalizar». El mismo acto de pensar mientras escribe tenderá a crear una impresión indeleble en su memoria.

-Fíjese un límite. Especifique un tiempo para alcanzar su objetivo. Eso es importante para su estímulo: póngase en marcha en la dirección de su objetivo y siga avanzando hacia él.

-Impóngase unas normas elevadas. Parece existir una relación directa entre la facilidad con la cual se alcanza un objetivo y la fuerza de su motivación. Ya ha descubierto usted cómo estimularse a sí mismo en el capítulo nueve y cómo estimular a los demás en el capítulo diez. Cuanto más alto apunte en su objetivo principal, hablando en términos generales, tanto más concentrado será el esfuerzo que usted realice para alcanzarlo. La razón: la lógica le obligará a apuntar por lo menos a un objetivo intermedio, así como a otro inmediato. Por consiguiente, apunte alto. Y después dé los pasos inmediatos e intermedios capaces de permitirle su consecución.

La siguiente pregunta debería inducirle a reflexionar: ¿Dónde estará usted y qué estará haciendo dentro de diez años si sigue haciendo lo que hace ahora?

Apunte alto. Resulta curioso que el hecho de apuntar alto en la vida, y de buscar la prosperidad y la abundancia, no requiera un esfuerzo mayor que el de aceptar la miseria y la pobreza.

-Vendí mi vida por un penique y la vida no me quiso pagar más. Sin embargo, imploré por la noche al contar mis míseros caudales. Porque la vida es un patrón que te da lo que pides pero, una vez fijado el salario, tienes que cumplir la tarea. Trabajé a cambio de una pobre paga y a prendí con desaliento que cualquier salario que le hubiera pedido a la vida, ésta me lo hubiera dado de buen grado.

Tiene usted que ser lo suficientemente audaz como para pedirle a la vida más de lo que quizá considere que se merece en estos momentos, pues está comprobado que las personas tienden a crecerse para poder estar a la altura de las exigencias que se les plantean. Aunque sería extremadamente deseable que usted proyectara su programa desde el principio hasta el final, ello no siempre es factible. Uno no siempre conoce todas las respuestas a las preguntas que se plantean entre el principio de una gran empresa o un viaje y su final. Sin embargo, si sabe usted dónde está y dónde quiere estar y se pone en marcha desde donde está para dirigirse al lugar donde quiere estar, seguirá avanzando paso a paso, siempre que esté adecuadamente estimulado, hasta alcanzar su meta.

DÉ EL PRIMER PASO. Lo importante tras haberse fijado un objetivo es entrar en acción. La señora de Charles Philipia, una abuela de sesenta y tres años, adoptó la decisión de trasladarse a pie desde la ciudad de Nueva York hasta Miami en Florida. Llegó a Miami y allí fue entrevistada por los periodistas. Éstos querían saber si la idea de aquel largo viaje a pie no la había asustado. ¿Cómo había tenido el valor de efectuar semejante viaje valiéndose de sus piernas como único medio de transporte?

«No hace falta mucho valor para dar un paso -contestó la señora Philipia-. Y, en realidad, eso fue lo único que hice. Di un paso. Y después di otro. Y otro, y otro, y aquí estoy.

Sí, tiene usted que dar este primer paso. Por mucho tiempo que dedique al estudio y a la reflexión, ello no le servirá de nada si no actúa.


Un amigo presentó a uno de los autores de este libro a un hombre de Phoenix, Arizona. La presentación fue un poco rara.

«Te presento al hombre que recibió un millón de dólares en efectivo por una mina de oro y que ahora posee el millón de dólares y es, al mismo tiempo, propietario de la mina.

«¿Cómo consiguió usted semejante cosa?», preguntó el autor con considerable admiración.

«Bueno, yo tenía una idea, pero carecía de dinero. Tenía un pico y una pala. Tomé el pico y la pala y me fui a convertir mi idea en realidad -contestó-. Y entonces se me ocurrió una cosa: si buscara una mina de oro y cavara alrededor del filón, en caso de que yo encontrara una mina, una de las 'grandes compañías mineras podría explotarla mientras que yo no dispondría del capital necesario. Las maquinarias para las minas cuestan mucho dinero hoy en día, ¿sabe usted? Por consiguiente, busqué y encontré un filón de oro. Todos los indicios permitían suponer que había dado con una mina muy rica. La vendí por dos millones de dólares. Las condiciones eran un millón de dólares en efectivo y una primera hipoteca de otro millón de dólares. Mientras se estaban efectuando los trabajos de extracción, el filón se agotó. Les dije a los propietarios de la compañía minera que, si deseaban abandonar la mina, yo me quedaría de nuevo con ella y anularía la hipoteca. Aceptaron. Como ve usted, conseguí un millón de dólares en efectivo por la mina y sigo teniendo el millón de dólares y la mina.»

LA AMN AHUYENTA LA RIQUEZA. Una Actitud Mental Positiva atrae la riqueza, mientras que una Actitud Mental Negativa produce justamente el efecto contrario.

Con una Actitud Mental Positiva, seguirá usted intentándolo hasta conseguir la riqueza que buscaba. Es posible que empiece usted con una Actitud Mental Positiva y dé un primer paso hacia adelante. Pero puede usted caer bajo la influencia de la cara negativa de su talismán y detenerse cuando se encuentre apenas a un paso de su objetivo. Es posible que no emplee uno de los 17 principios del éxito. He aquí un buen ejemplo Vamos a llamar Oscar a nuestro hombre. A finales de 1929, éste se encontraba en la estación de ferrocarril de la ciudad de Oklahoma, donde tuvo que esperar varias horas un tren de enlace para el este. Se había pasado varios meses en los desiertos del oeste con temperaturas de hasta 42 grados. Buscaba petróleo 'para una compañía del este. Y había alcanzado el éxito.

Oscar tenía un título del Instituto de Tecnología de Massachusetts. Se dice que había combinado la antigua vara adivinatoria con el galvanómetro, el magnetómetro, el oscilógrafo, las válvulas de radio y otros instrumentos, formando con ellos una varita mágica para el descubrimiento de yacimientos petrolíferos.

Oscar se había enterado de que la compañía a la que él representaba era insolvente. Había hecho sus pensión de pagos porque el director había utilizado los grandes recursos financieros de la empresa en ope- raciones especulativas en el mercado bursátil. El mercado se vino abajo a finales de 1929. Oscar regresaba a casa. Se había quedado sin trabajo y las perspectivas eran más bien sombrías.

La fuerza de la AMN empezó a ejercer en él una poderosa influencia.

Puesto que tenía que esperar varias horas, decidió distraerse montando el instrumento en la estación de ferrocarril. La lectura del instrumento indicaba una presencia tan elevada de yacimientos petrolíferos que Oscar, dominado por la cólera, propinó impulsivamente un puntapié al instrumento y lo destruyó.

Ocurría que Oscar estaba decepcionado.

«¡No puede haber tanto petróleo! ¡No puede haber tanto petróleo!», repetía enfurecido.

Pero Oscar estaba decepcionado. Se hallaba bajo la influencia de una Actitud Mental Negativa. La opor- tunidad que había andado buscando se encontraba bajo sus pies. No tenía más que dar un paso para aprovecharla. Pero, debido a la influencia de la AMN, se negó a reconocerla.

Perdió la fe en su propio invento. De haber estado bajo la influencia de la AMP, hubiera atraído la riqueza en lugar de ahuyentarla.

La fe aplicada es uno de los importantes 17 principios del éxito. La prueba de su fe consiste en aplicarla enlos momentos de mayor necesidad.

La AMN indujo a Oscar a creer que muchas de las cosas en las que tenía fe eran falsas. Tal como usted recuerda, la Depresión sembró el pánico en la mente de muchas personas, y Oscar fue una de ellas. Había trabajado duro y se había sacrificado, pero se quedó sin trabajo sin culpa por su parte. Oscar tenía en gran estima al director de su compañía y, sin embargo, aquel hombre en quien él confiaba había malversado los fondos de la empresa. Ahora, el aparato que había demostrado su valor en el pasado ya no parecía servir.

Sí... Oscar estaba decepcionado.

Cuando aquel día subió al tren en la estación de Oklahoma, Oscar se dejó allí su Varita Mágica. Y dejó también uno de los más ricos yacimientos petrolíferos de la nación.

Poco tiempo después se descubrió que Oklahoma nadaba prácticamente sobre petróleo. Oscar se ha convertido en una demostración viviente de la aplicación de dos principios:

Una Actitud Mental Positiva atrae la riqueza y una Actitud Mental Negativa la ahuyenta.

LA RIQUEZA PUEDE ADQUIRIRSE CON UN SALARIO MODESTO. Sin embargo, usted podría decir: «Todo eso de las actitudes mentales positivas y negativas está muy bien para alguien que quiera ganar un millón de dólares. Pero a mí no me interesa realmente ganar un millón.

»Como es natural, quiero seguridad. Quiero lo suficiente como para vivir bien y poder atender las nece- sidades que tendré algún día cuando me retire.

»¿Qué decir de mí, que soy un oficinista? ¿Qué decir de mí, que percibo simplemente un salario justo?» He aquí la respuesta:

Usted también puede adquirir riqueza. Una riqueza suficiente como para gozar de seguridad. O incluso una riqueza suficiente como para hacerse rico, a pesar de lo que usted diga. Deje que la influencia de la AMP de su talismán le afecte favorablemente.

Le demostraremos que se puede hacer.

Y si, por alguna razón, no está plenamente convencido, lea un libro: El hombre más rico de Babilonia. Y después dé un primer paso hacia adelante. Siga avanzando y alcanzará la seguridad económica o la riqueza que busca. Eso es exactamente lo que hizo el señor Osborn.

El señor Osborn era un asalariado y, sin embargo, se hizo rico. No hace muchos años que se retiró di- ciendo: «Ahora emplearé el tiempo en dejar que mi dinero me produzca dinero mientras yo hago lo que quiero».

Una vez más, el principio utilizado por el señor 70sborn es tan evidente que a menudo pasa inadvertido.

El principio que aprendió y que usted también puede utilizar se expondrá a continuación en muy po- cas palabras. Al leer El hombre más rico de Babilonia, el señor Osborn averiguó que podía obtener, riqueza:

(a) ahorrando diez centavos de cada dólar que se gana;

(b) invirtiendo cada seis meses los ahorros y los intereses o dividendos de estos ahorros e in- versiones; y

(c) cuando se invierta, solicitando el consejo de un experto sobre las inversiones más seguras para no poner en peligro a perder el capital.

Repitámoslo una vez más: eso es exactamente lo que hizo el señor Osborn. Piense en ello. Puede usted alcanzar la seguridad o la riqueza ahorrando simplemente diez centavos de cada dólar que gane e invir- tiéndolos sabiamente.

¿Cuándo tiene que empezar? ¡Hágalo ahora! Comparemos la experiencia del señor Osborn con la de un hombre que gozaba de buena salud física y leyó un libro de inspiración. Contaba cincuenta años cuando le presentaron a Napoleón Hill.

El hombre dijo sonriendo: «Leí su libro Piense y hágase rico hace muchos años... pero no soy rico». Napoleón Hill se rió y después contestó muy en serio:

«Pero puede usted serlo. Tiene el futuro por delante. Tiene que disponerse a estar listo. Y, coincidiendo con su preparación para las oportunidades que van a presentársele, tiene usted que desarrollar primero una Actitud Mental Positiva.» Y lo más curioso es que siguió el consejo del autor. Cinco años más tarde, aquel hombre no era rico, pero había desarrollado una Actitud Mental Positiva y llevaba camino de hacerse rico. Tenía deudas por valor de muchos miles de dólares. Durante aquel período de cinco años, consiguió saldar por completo las deudas y empezó a hacer inversiones con el dinero que había ahorrado.

Desarrolló una AMP mientras estudiaba el libro Piense y hágase rico. No sólo lo leyó sino que aprendió también a reconocer y aplicar los principios.

Cuando se hallaba bajo los efectos de la cara de la AMN de su talismán, era como aquellos obreros que culpan a sus herramientas de la mala calidad de su trabajo.

¿Ha echado usted alguna vez la culpa a sus herramientas?

¿Dónde está el fallo si usted es propietario de una cámara fotográfica perfecta y utiliza la película ade- cuada, si sabe cómo tomar fotografías perfectas en toda clase de circunstancias, si todos los demás toman fotografías perfectas con su cámara, pero las suyas son defectuosas?

¿Tiene la culpa la cámara?

¿Acaso ha leído usted las normas pero no se ha molestado en comprenderlas? ¿O tal vez, si las ha comprendido, no las aplica?

¿Podría ocurrir que leyera usted ha actitud mental positiva: un camino hacia el éxito -un libro capaz de cambiar para bien todo el curso de su vida-, sin tomarse la molestia de comprender y aprenderse de memoria los factores de automotivación, de aprender y aplicar los principios que garantizan el éxito? La respuesta se la dará su actuación.

Sin embargo, no es demasiado tarde para aprender. Si todavía no lo ha hecho, puede aprender ahora: no alcanzará un éxito apreciable a menos que conozca y comprenda las normas; no alcanzará un éxito continuado a menos que las aplique. Por consiguiente, dedique tiempo a comprender y aplicar lo que está leyendo en este libro. La AMP le ayudará.

«EL HOGAR DE MIS SUEÑOS». Recuerde: los pensamientos que se le ocurren y las afirmaciones que usted hace en relación consigo mismo determinarán su actitud mental. Si se ha propuesto usted un objetivo digno, averigüe la causa por la cual usted puede alcanzarlo, en lugar de buscar los cientos de causas por las cuales no puede.

Una de las normas para obtener lo que se quiere a través de una AMP consiste en actuar tan pronto como se haya puesto la mira en un objetivo. Otra consiste en «Recorrer un kilómetro más». W. Clement Stone nos habla de la siguiente experiencia en la que quedan ilustradas ambas normas.

Una noche de abril, mientras visitaba a Frank y Claudia Noonan en Ciudad de México, Claudia comentó: «Me gustaría tener una casa en la extraordinaria zona de los Jardines del Pedregal».

«¿Y por qué no la tienes?,» pregunté yo. Frank se echó a reír y contestó: «No tenemos dinero».

«¿Y eso qué importa, si sabéis lo que queréis?», pregunté yo y, sin esperar la respuesta, les hice una pregunta que podría hacerle a usted: «Por cierto, ¿habéis leído alguna vez algún libro de inspiración y estímulo como, por ejemplo, Piense y hágase rico, El poder del pensamiento tenaz, Yo puedo, Te desafío, TNT, Imaginación aplicada, Encienda la luz verde de su vida, Acres de diamantes o La magia de la fe?»

«No», me contestaron.

Entonces yo les describí varias experiencias de personas que: sabían lo que querían, habían leído un libro de inspiración, habían prestado atención a su mensaje y por último, habían entrado en acción.

E incluso les conté cómo había comprado yo hacía años una nueva casa de 30.000 dólares con mis propias condiciones, efectuando un pago de 1.500 dólares y pagando el resto a su debido tiempo. Prometí enviarles uno de los libros que les había recomendado. Y así lo hice.

Frank y Claudia Noonan estaban dispuestos. En el mes de diciembre siguiente, mientras me encontraba en mi biblioteca estudiando, recibí una llamada telefónica de Claudia, la cual me dijo «Acabamos de llegar de Ciudad de México y lo primero que Frank y yo deseamos hacer es darte las gracias».

«¿Darme las gracias por qué?»

«Queremos darte las gracias por nuestra nueva casa en los Jardines del Pedregal.»

Unos días más tarde, en el transcurso de una cena, Claudia me explicó: «Un sábado por la tarde a última hora, Frank y yo estábamos descansando en casa. Unos amigos de los Estados Unidos nos llamaron y nos preguntaron si podríamos acompañarles en automóvil a los Jardines del Pedregal.

»Sucedió que ambos estábamos un poco cansados. Y, además, ya les habíamos acompañado allí aquella misma semana. Frank estaba a punto de dar una excusa cuando una expresión utilizada en el libro afloró a su mente: Recorrer un kilómetro de más.

»Mientras recorríamos en automóvil aquel paraíso, vi el hogar de mis sueños: incluso con la piscina que yo tanto deseaba.» (Claudia es la campeona de natación Claudia Eckert.)

Frank compró la casa.

«Tal vez te interese saber -dijo Frank- que, aunque el valor de la propiedad era extraordinariamente alto, yo sólo he efectuado un depósito realmente ínfimo. Fijate: a nuestra familia le cuesta menos vivir en los Jardines del Pedregal que en nuestra antigua casa.

«¿Y eso por qué?», pregunté asombrado. «Bueno, compramos las dos casas que había en la propiedad en lugar de una. El alquiler de una de las casas es suficiente para pagar toda la compra.»

En el fondo, eso no era demasiado sorprendente. Ocurre con frecuencia que una familia compre dos apartamentos y alquile uno y viva en el otro. Lo sorprendente es comprobar lo fácil que le resulta a una persona sin experiencia comprender y aplicar los principios del éxito descritos en alguna autobiografía o algún libro de autosuperación.

«Atraiga la riqueza con una AMP», decimos nosotros. Y usted dice: «El dinero engendra dinero y yo no lo tengo». Eso es una Actitud Mental Negativa. Si no tiene usted dinero, utilice el DOP. (Dinero de Otras Personas). El siguiente capítulo gira en torno a este tema.



GUÍA Nº 12

Ideas a seguir


1-Si conoce usted su objetivo preciso y da el primer paso, ¡ya está en camino!

2-La prueba de su fe reside en aplicarla no sólo cuando usted no se encuentra en dificultades sino también en los momentos de mayor necesidad.

3-Si usted no alcanza el éxito tras haber leído y estudiado La actitud mental positiva: un camino hacia el éxito, ¿quién tendrá la culpa?

4-¡Usted puede tener la casa de sus sueños! Al igual que Frank y Claudia Noonan, usted puede comprar dos casas y alquilar una de ellas para pagar las dos.

5-¿Es necesario que sufra usted un accidente o caiga enfermo y tenga que permanecer inter- ado en un hospital para adquirir el hábito de entregarse con regularidad al estudio, la refle- xión y la planificación de su vida personal, familiar o profesional?

6-¿Ha empezado usted a entrar en acción para lograr los objetivos deseables por medio de: (a) la anotación de cada uno de sus objetivos, (b) el establecimiento de límites para alcanzarlos, (c) la fijación de objetivos elevados, y (d) el análisis cotidiano de sus afirmaciones escritas?

7-¿Dónde estará usted y qué estará haciendo dentro de diez años si sigue haciendo lo que hace ahora?

8-El hombre más rico de Babilonia: este libro le ofrece una fórmula de probada eficacia para alcanzar el éxito: (a) Ahorre simplemente diez centavos por cada dólar que gane.

(b) Invierta cada seis meses sus ahorros, así como los intereses o los dividendos de estos ahorros e inversiones.(c) Antes de invertir, busque el consejo de un experto sobre las inversiones más seguras. (d) Si le hace falta el dinero que está ahorrando para gastos o necesidades de ma- nutención, trabaje una hora extraordinaria (o más), de manera que no tenga ninguna excusa para no ahorrar el 10 por ciento de sus ingresos.


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