Usted tiene el poder para atraer a su vida las posibilidades,
oportunidades y experiencias que le conducirán al éxito. Ese poder está en sus
palabras, en la forma en que se expresa ante sí mismo, los demás y la vida. No
olvide tener presente que sus palabras tienen enorme poder y usted es el administrador
de esa fuente de poder que le acompaña a todas partes.


Toda frase u oración es un decreto, es una afirmación que, luego de ser pronunciada
obtiene una respuesta. Por ello es importante que no vuelva a hablar mal de nadie,
ni a expresar malas palabras. Bendecir viene de la unión de las palabras “bien”
y “decir”. Su vida en todas las actividades, donde quiera que se manifieste,
es la presencia de Dios en acción y es sólo por falta de compresión, de pensamiento
y de sentimiento, que usted siempre interrumpe esa corriente pura de la esencia
perfecta de la vida.

En todos estos años de investigación, he podido establecer una sola diferencia
entre los ricos y los pobres. ¿Sabe cuál es? Que los ricos, sienten, piensan,
hablan y actúan como ricos, mientras que los pobres, sienten, piensan, hablan
y actúan como pobres. Quiero decirle, que para mí, el subdesarrollo implica una
actitud mental.

Cámbiele la actitud mental a un pobre, póngalo a hablar bien, es decir, a expresarse
en un lenguaje positivo, y verá que después de un proceso, se encontrará con
una persona que vive en abundancia. La tendencia natural de su vida cambia y
se convierte en el amor, la paz, la belleza, la armonía y el bienestar. Con las
palabras se manifiesta la perfección.

Usted siempre va en un proceso ascendente, que es inherente a su propia vida,
recuerde como estaba hace uno, dos, cinco años y verá cuánto ha progresado; puede
ser en algo tangible o intangible, pero usted ha visto su proceso; es la actividad
de su vida. Es una verdadera lástima que existan personas, que parecen no entender
el auténtico significado de las palabras.
Todo cuanto usted, sienta, diga y piense, pone en movimiento su mundo externo,
para que se le presente su camino sin obstáculos.

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En otras palabras, usted con lo que dice, abre la puerta de su emanación natural.
Y cuando siente piensa y habla de su propia incapacidad, está cerrando la puerta
a toda su poderosa energía.

Si entiende y aplica esta poderosa, pero simple ley, debe estar en guardia y
vigilar su pensamiento y sus expresiones, pues cada vez que dice o siente: “yo
no soy…”, “yo no puedo…”, “yo no tengo…”, etc. Está utilizando negativamente
su gran poder interno y pone en movimiento su ilimitada energía para actuar en
su contra, a menos que reaccione positivamente y afirme “yo soy…”, “yo puedo…”,
“yo tengo…”.

La única posibilidad que usted tiene de certificar la veracidad de esta ley en
su propia vida es practicándola. Ensáyela, póngala a prueba, pronuncie con positivismo
su propósito, dígaselo al espejo.
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Si usted dice algo negativo contra usted o contra otra persona, es eso lo que
obtiene, es eso lo que atrae a su vida y a la de los demás.
Cuando se expresan cosas buenas, se reciben cosas buenas.

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Actitud es la respuesta a un estímulo de pensamiento, es la disposición de ánimo
que se manifiesta frente a la gente, las situaciones, los problemas, etc. Usted
va asumiendo su propia actitud de acuerdo con las experiencias del pasado convertidas
en una especie de fijación mental, difícil de cambiar.

De la actitud que usted tome frente a sus sueños, depende el éxito que tenga.
Las actitudes negativas lo bloquean, lo paralizan y lo hacen sentir inferior
a los demás. Las actitudes positivas son el motor que permanentemente lo impulsa
a actuar y le hacen ver la vida de diferente forma.

Jamás escuchará usted a una persona creativa quejarse; por el contrario, busca
continuamente nuevas posibilidades de crecimiento; le encuentra más rápido la
solución a sus problemas y proyecta su vida en forma adecuada para su continua
superación.

“La capacidad creador de su cerebro, es infinita. Usted es quien pone los limites”

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La alegria

La alegría es un sentimiento de satisfacción, experimentando por un suceso favorable
que se manifiesta con sonrisas, carcajadas u otros gestos. Es un estado pasajero,
es una euforia momentánea, es esa sensación que usted tiene, cuando está pasando
por un momento agradable.

La alegría es un sentimiento positivo y entre más tiempo usted pueda sostenerla,
mucho mejor. Como decía el escritor francés Voltaire:

“He decidido estar alegre porque además, es algo bueno para la salud”.

La alegría es un estado de ánimo, es la disposición anímica en la que se encuentra
usted para realizar una actividad. Cuando ese estado de ánimo termina, su sistema
nervioso vuelve y queda en equilibrio. Lo mismo sucede cuando usted siente tristeza,
la tristeza también es una sensación pasajera, un estado de ánimo que luego de
ser superado permite recuperar el equilibrio emocional.

Christian Andres:
Todo en la naturaleza busca el equilibrio. Después de una gran alegría, usted
queda con una sensación agradable de placer, de bienestar y claro, esa sensación
lleva estímulos a su mente, que son los que atraen las ideas positivas. Por eso
el buen humor es tan importante para su vida. Yo le recomiendo la búsqueda diaria
del chiste nuevo. Los chistes son generadores de alegría, los chistes hacen reír
y la risa es salud.


“lo ideal es que usted ría por lo menos una vez al día, para mantener siempre
una actitud saludable y positiva.

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Ame y aprenda a amar, ese es el paso para subir el escalón
de la espiritualidad. Tenga disposición porque el amor llega cuando hay actitud.
Acérquese a Dios. Los deprimidos están alejados de Dios, y la oración es la mejor
luz cuando se trata de encontrar la felicidad en momentos duros y difíciles.

Cada vez que reciba un golpe duro o una desilusión por algo o por alguien, busque
a Dios, hable con Él y ofrézcale una buena dosis de amor por los demás. A través
de su guía encontrará su felicidad, que está ahí en su interior, descúbrala,
atrévase a encontrarla, y comprométase con usted mismo a no dejar pasar un solo
minuto de su vida, sin ser feliz.

“El hombre más feliz del mundo es aquel que reconoce los méritos de los demás
y se alegra del éxito ajeno, como si fuera propio”.

sin desconocer la importancia de las cosas materiales, dé a su desarrollo espiritual
la dimensión que merece, viviendo en plenitud y serenidad, nada más triste que
convertirse en una de esas personas pobres con demasiado dinero, de esas que
no encuentran más estímulo en la vida que atesorar grandes fortunas, tratando
de aparentar lo que no son.

“Me gustaría que los billetes tuvieran fecha de vencimiento, para que los ricos
no puedan humillar a los pobres”.

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El triunfador es derecho, siente, piensa, dice y actúa con la verdad. El sabe
que cuando trata de engañar a alguien al primero que se está engañando es a sí
mismo. Un triunfador nunca trata de mostrar mas de lo que realmente tiene, porque
sabe que el respeto se gana es por lo que uno ES, no por lo que TIENE. El triunfador
no es plástico porque el es dueño absoluto de su imagen, está por encima del
“Qué dirán”, por lo tanto no necesita acudir a los extremos para aparentar lo
que no es.

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La generosidad

La generosidad desinteresada, actúa como un imán para que el éxito llegue, porque
en el momento en que usted desarrolla una acción generosa con alguien, su presencia
queda grabada en la conciencia de esa persona y la energía mental concentrada,
de uno o más seres, en el bien que usted ha hecho, aumenta la posibilidad de
que reciba grandes beneficios

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Toda palabra que utilizamos, tiene para nosotros un significado, que le atribuimos
en función de nuestra historia afectiva y cultural, de acuerdo al momento y las
circunstancias en que son pronunciadas. El poder de las palabras abarca desde
la superficie hasta lo más profundo del que las emite y del que las recibe. Cada
vez que utilizamos una palabra, entramos en contacto con todas las energías mentales,
conscientes o inconscientes, que creamos para nuestro beneficio.

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Mediante el pensamiento, creamos un mundo que se ajusta a nuestras creencias.
Es uno quien crea el mundo en el que vive, por o tanto, es uno el responsable
de su mundo. Esto significa que todo lo que nos sucede, lo vemos a través del
filtro de nuestra mente. Lo que conocemos del universo, lo conocemos por medio
de nuestros pensamientos y creencias. En todo momento, puedo aceptar mis reacciones
mentales, en caso de que estas sean benéficas, o de lo contrario adoptar aquellas
que me sean más útiles

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